Cultivar un ciclo emplumado

Cultivar un ciclo emplumado


Cultivar un ciclo emplumado

2025

Pigmento sobre cerámica

52 azulejos de 20x20 cm

Cincuenta y dos piezas, como años, dan cuerpo a la serpiente emplumada. Su disposición cíclica, sostiene un calendario que invita al renacer. La obra revela un cuerpo que se afirma en la posibilidad de recomponerse infinitamente a pesar de la discontinuidad que lo abatió. En esta configuración se encarna la potencia de la multiplicidad y el devenir como alternativas ontológicas frente al universalismo moderno-colonial.

No se puede romper lo inquebrantable

2025

Pigmento sobre cerámica

15 azulejos que componen una pieza de 100 x 60 cm

La pieza está compuesta por quince segmentos cerámicos desarticulados. Algunos se encuentran desdibujados y rasgados.  En ellos se evoca la violencia sobre los cuerpos, la destrucción de los códices, la negación de la diferencia. Esta pieza exhibe la brutalidad del proyecto colonizador, al mismo tiempo que demuestra su fracaso. Al centro, encontramos a la serpiente emplumada, que nos mira despierta, como prueba irrebatible de su permanencia.

Al no estar fijas, las piezas reposan delicadamente sobre el suelo colorado. Esta vulnerabilidad rehúsa la distancia museal y propone una relación más cercana al ritual que a la contemplación. Allí, donde ciertas miradas podrían ver ruina o atribuir inferioridad, la obra insiste en la cercanía a la tierra como fuerza vital. Enmarcada en la desobediencia epistémica, la obra se apropia de la tradición europea del azulejo para dialogar con cosmovisiones previamente desestimadas por el proyecto colonial. Cultivar un ciclo emplumado es una oda a los saberes que resurgen como serpientes emplumadas, otorgándonos futuros posibles.